La reciente balacera que interrumpió un partido de béisbol en Culiacán puso en evidencia las deficiencias en los operativos de seguridad en Sinaloa. El gobernador Rubén Rocha reconoció públicamente que las medidas implementadas no han sido suficientes para garantizar la tranquilidad de los ciudadanos, especialmente en eventos masivos.
Este incidente, ocurrido durante un momento que debía ser de esparcimiento y comunidad, refleja la necesidad urgente de reforzar la seguridad en el estado. Rocha señaló que se realizarán ajustes estratégicos en los operativos, incluyendo una mayor coordinación entre los cuerpos de seguridad estatales y federales, así como un incremento en la presencia policial en puntos clave.
Sin embargo, el desafío no es menor. La violencia en Sinaloa es un problema estructural que requiere no solo medidas reactivas, sino también acciones preventivas que ataquen las raíces del problema. Invertir en programas sociales, generar oportunidades económicas y fortalecer el tejido social son pasos esenciales para construir una paz duradera.
El compromiso de Rocha de enfrentar esta crisis es claro, pero los resultados serán el verdadero indicador de su efectividad. La ciudadanía exige no solo seguridad inmediata, sino un plan integral que permita recuperar la confianza y la tranquilidad en el estado.