Claudia Sheinbaum, candidata de la coalición «Juntos Seguimos Haciendo Historia», se posicionó como la ganadora del primer debate presidencial, según analistas, a pesar de mostrar una actitud más fría que sus contrincantes. Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, por su parte, recurrieron a los ataques para tratar de posicionarse.
Las encuestas previas al debate ya ubicaron a Sheinbaum como puntera, con una ventaja considerable sobre Gálvez, su competidora más cercana.
El debate, organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), se centró en 30 preguntas elaboradas por la ciudadanía y en temas como salud, educación, combate a la corrupción, transparencia, defensa de grupos vulnerables y violencia contra las mujeres.
Si bien las tres candidaturas presentaron sus propuestas, el debate se vio empañado por los ataques entre ellas. Gálvez cuestionó a Sheinbaum sobre diversos temas, como el uso de ivermectina durante la pandemia, la Línea 12 del Metro y el Colegio Rébsamen. Máynez, por su parte, criticó tanto a Sheinbaum como a Gálvez por sus presuntos vínculos con la corrupción y su manejo de la pandemia.
A pesar de los ataques, Sheinbaum mantuvo la compostura y proyectó una imagen presidencial, lo que le valió el reconocimiento de analistas y la opinión pública. Gálvez y Máynez, en cambio, fueron criticados por su actitud confrontacional.
Las encuestas posteriores al debate aún no se han publicado, pero se espera que reflejen el impacto del mismo en la intención de voto.
En definitiva, el primer debate presidencial fue un evento crucial para que los mexicanos conocieran mejor a las y el candidato y pudieran tomar una decisión informada en las próximas elecciones.