La gestión del presupuesto federal para Jalisco ha evidenciado fallas importantes en el equipo de Pablo Lemus, que requieren atención inmediata. Los cabilderos encargados de esta tarea parecen más enfocados en preservar sus posiciones que en velar por los intereses de los jaliscienses.
Es preocupante que entre sus filas se encuentren figuras que perdieron elecciones. Este hecho no solo refleja un mensaje de premiar el fracaso, sino que también demuestra que los ciudadanos no los respaldan. Es imperativo hacer una limpia en su equipo y priorizar a quienes realmente estén comprometidos con los objetivos del gobierno y las necesidades de la población.
Un error estratégico notable fue la falta de planeación al no coordinar con la diputada Merylin Gómez Pozos, presidenta de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, con la debida anticipación. Reunirse con ella cuando el paquete presupuestal ya estaba cerrado demostró una falta de visión y gestión política. Aunque la reunión con la presidenta Claudia Sheinbaum no se concretó, ello no impedía avanzar con otros actores clave.
Este tipo de errores denota una orientación inadecuada o insuficiente por parte de su equipo de asesores. La política no se basa en buenas intenciones, sino en estrategia, operación y enfoque. Lograr resultados requiere planeación detallada, capacidad de negociación y el compromiso de un equipo que trabaje verdaderamente por Jalisco.
Pablo Lemus debe reflexionar sobre el mensaje que está enviando. El éxito político no puede depender de dar premios de consolación, sino de construir un equipo sólido y eficiente que represente los intereses de todos los jaliscienses