La tragedia ocurrida el pasado 10 de septiembre en el puente de La Concordia, en la alcaldía Iztapalapa, dejó múltiples víctimas tras la explosión de una pipa de gas. Entre las historias más conmovedoras se encuentra la de Erick Vicente Acevedo, un microbusero que, con su acción rápida y valiente, logró salvar la vida de sus pasajeros.
De acuerdo con testigos, en los segundos previos a la explosión, Erick abrió las puertas de su unidad de la Ruta 14 para que los pasajeros pudieran descender y ponerse a salvo. Su gesto permitió que varias personas escaparan del peligro inminente, aunque él resultó gravemente herido por la deflagración.
Erick fue trasladado al Hospital Rubén Leñero con quemaduras en más del 90 % de su cuerpo. Desde entonces permanece en estado crítico, luchando por sobrevivir mientras su familia y seres queridos esperan un milagro. “Mi hermano salvó a otras personas y ahora pelea por su vida”, declaró un familiar, al tiempo que agradeció el apoyo recibido y pidió oraciones por su recuperación.
La explosión ocurrió después de que la pipa perdiera el control y derramara gas licuado de petróleo (GLP). El siniestro dejó decenas de heridos y varios fallecidos, según reportaron autoridades capitalinas. La magnitud del accidente ha reabierto el debate sobre la seguridad en el transporte de gas y la necesidad de reforzar las medidas de supervisión y regulación.
El caso de Erick ha conmovido a la opinión pública, convirtiéndolo en símbolo de valentía y sacrificio. Para muchos, su acto heroico representa un recordatorio de que, aun en medio de la tragedia, existen historias de humanidad y esperanza que merecen ser contadas y reconocidas.