En una reacción contundente, el gobierno de Estados Unidos ha expresado su rechazo a la reciente reforma judicial propuesta en México, manifestando preocupaciones sobre los métodos empleados en su implementación. Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, hizo una declaración pública en la que subrayó que la reforma, tal como ha sido presentada, podría afectar negativamente la independencia del poder judicial y el estado de derecho en México.
«Estamos profundamente preocupados por las implicaciones de la reforma judicial en México y por la forma en que se ha llevado a cabo. La independencia del poder judicial es fundamental para la estabilidad y la confianza en cualquier sistema democrático», comentó Salazar durante una rueda de prensa.
El embajador también enfatizó la importancia de mantener mecanismos de supervisión transparentes y de garantizar que las reformas se realicen de manera que respeten los principios democráticos y los derechos fundamentales. Además, instó a las autoridades mexicanas a considerar las observaciones internacionales y a abrir un diálogo con diversos sectores de la sociedad para asegurar que las reformas sean justas y equitativas.
La postura de Estados Unidos refleja un creciente escrutinio internacional sobre las reformas propuestas en México, que han generado debate tanto a nivel local como en la comunidad internacional. La reacción estadounidense subraya la necesidad de un enfoque cuidadoso y consensuado en la reestructuración del sistema judicial mexicano, para preservar su integridad y efectividad.