El nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, prometió este lunes rescatar las instituciones de su país de la «corrupción» e «impunidad», en su primer discurso tras ser juramentado para un mandato de cuatro años.
Arévalo fue investido presidente meses después de una arremetida judicial atribuida a su promesa de combatir a los corruptos de la élite política y económica que han controlado los destinos del país.
«No permitiremos que nuestras instituciones se dobleguen otra vez ante la corrupción y la impunidad», dijo en el acto solemne celebrado con más de nueve horas de retraso en el Teatro Nacional, en el centro de la capital, debido a tensiones en el Congreso.
Arévalo, sociólogo, exdiplomático y filósofo de 65 años, pasó inesperadamente en junio a la segunda ronda presidencial con una candidata conservadora, a quien venció cómodamente con un 60% de los votos por su mensaje anticorrupción.
Desde entonces, enfrentó una ofensiva judicial que denunció como un «golpe de Estado» para evitar su ascenso al poder.
Desatando la condena de la comunidad internacional, la Fiscalía intentó retirarle la inmunidad a Arévalo, desarticular su partido y anular los comicios, argumentando que hubo anomalías electorales.
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